Hemos investigado y tratado a través de unas entrevistas a distintos personajes con relación al fenómeno "fuga de cerebros". Desde profesores de universidad, profesionales de la comunicación, una secretaria de Estado de Inmigración y Emigración del Gobierno, un diplomático y tres casos personales de víctimas que están haciendo frente a un problema que afecta cada día a más personas.
Tenemos que recalcar la pésima situación
de los jóvenes en el mercado de trabajo y los efectos que la crisis ha
provocado. Las cifras de los parados de edades entre 16-29 años aumenta cada
año, y a esto le sumamos la mala calidad de los pocos puestos de trabajo que se
conceden en estos años durante la crisis. Pero los antecedentes no se los
podemos atribuir a la pésima situación económica en España, esto solo debilitó
un poco más la estructura laboral de los jóvenes.
Los recortes y otros procesos de
agotamiento de las oportunidades de trabajos para estudiantes altamente
cualificados hacen que las expectativas laborales de los jóvenes sean casi
nulas.
Si hacemos un análisis durante los últimos
años podemos comprobar que la fuga de cerebros tiene tres declinaciones
institucionales: la mediática, la política y la empresarial. Ya desde el año
2011 algunos veían venir lo que estaba a punto de suceder; los medios hicieron
eco de las quejas y la preocupación por los recortes en investigación científica
y universidad, que más tarde se materializarían en una previsible fuga de
talentos. Los medios de comunicación ampliaron estas opiniones en un panorama
confuso para los jóvenes y en ese momento repercute en las expectativas laborales.
Los medios de comunicación comenzaron pues un bombardeo de noticias para acreditar
la supuesta fuga. La idea global que se ha presentado en la esfera pública está
fundamentada en un sentimiento de traición y de frustración por parte de los
jóvenes, y ante ello la impotencia de la política, el descredito nacional
y la mala planificación de los fondos destinados a educación.
Una especie de destino fatal
La continua reproducción del problema en
los medios, creó un icono representativo de la cuestión juvenil que predecía un
destino fatal común para todos los jóvenes, donde la única solución que tienen
es salir al extranjero en busca de un futuro laboral y formación más
cualificada. Lo que no se ha aclarado con exactitud son las fronteras y los
colectivos que se pueden incluir en esta supuesta fuga: investigadores
profesionales y reconocidos con carreras y años de trabajo realizado, jóvenes recién
licenciados, otros sin carreras, y personas con experiencia en movilidad o no (Erasmus,
trabajos en el extranjero, etc.) No se trata de casos aislados a un solo censo
de la población, los jóvenes. Sino que no todas las personas, que se han visto
en una situación de desempleo, están dispuestas a arriesgar y desplazarse fuera
de su país. Los colectivos presentan situaciones diferentes que han de analizarse
para su posterior consideración en el plan de rehabilitación laboral.
Aquí vemos un caso particular de una
estudiante de economía en inglés casi licenciada, con vistas a marcharse al
extranjero. En una entrevista nos cuenta su situación laboral y sus años de
formación desde la adolescencia hasta el día de hoy que continúa formándose.
Pero como ya hemos señalado antes, no se trata de un problema que afecta
exclusivamente a la juventud. Su padre mismamente tras 30 años de trabajo y
continuos cursos de formación para los trabajadores, también ha tenido que
trasladar toda su vida a otro país para mejorar no solo en calidad de trabajo,
sino que ha tenido que apostar por un panorama distinto en el sector en el que
llevaba desde sus comienzos.
Entrevista a Mariluz de la Torre Díaz
estudiante de economía en inglés en la universidad Carlos III .
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